Sabes que una persona pasa de media unas 14 horas al día hablando consigo misma, son muchas horas y son muchas cosas las que nos decimos, ¿verdad?
Ahora viene la parte que no te va a gustar, más del 80% de esas conversaciones son negativas, eso en un día bueno, pero muchas más veces es casi el 100% de lo que nos decimos al cabo del día es negativo.
Un ejemplo claro es la redacción de este artículo; llevo levantado desde las 6:00 mi 3 tareas del día en las que no podía fallar son:
- Mails
- Escribir artículo blog
- Estudiar
Ahora mismo son las 13:00 y ya veis por donde voy, llevo toda la mañana hablando conmigo “No sé qué poner”, “porque no te lo has preparado mejor”, “ Siempre te pasa lo mismo” “No lo vas a terminar” «no sabes escribir» «este proyecto nunca saldrá bien» y hoy es un día bastante bueno, he meditado unos 40 minutos, deporte y me ha llegado un paquete que llevaba esperando un tiempo, hace un día maravilloso, etc… puedes imaginarte un día malo.
Lo que quiero decirte que incluso en los días buenos nos criticamos y nos hablamos mal
La manera en la que nos hablamos te afecta al concepto que tienes de ti
Yo aprendí hace un tiempo a dejar de insultarme, te aseguro que lo hacía constantemente, te pongo en antecedentes; más de 40 años, sin ingresos, sin trabajo remunerado, por aquel entonces sin pareja, sin formación académica, etc. Me insultaba día sí y día también.
Me pregunté cómo quería mejorar mi situación si no era capaz de hablarme a mí mismo con cariño y amor, siempre lo hacía con desprecio, todo lo que me decía iba en mi contra y por eso mis resultados eran los que eran.
Todo lo que tengas en la cabeza se refleja en tu día a día
Es cuando me di cuenta tenia que mirar en mi interior para poder mejorar mi situación. Así lo hice hice, empecé por dejar de insultarme y bombardeando mi cerebro para que todas mis conversaciones sean lo menos negativas posibles.
Todo influye, vivimos en un mundo superficial y de apariencias así que, claro que tu entorno influye.
La cuestión es que tu interiormente estés en paz contigo mismo.
5 COSAS QUE NUNCA DEBEMOS DE DECIRNOS CUANDO NOS HABLAMOS
1.-No insultarnos
“Soy tonta” “soy un imbécil” “Soy un vaga”…
Puede que sean las que más se repiten en mi cabeza, quizás por que me he equivocado en algo, o no tomé la decisión acertada, tenemos que cambiar dicha afirmación, dejar de una vez de insultarnos, por ejemplo por; “Hoy no estoy al 100%”, “lo he entendido mal” “estoy más despistada de lo normal”. Básicamente porque no conozco a nadie que esté al 100% todo el día todos los días.
2.-No te maltrates por no llegar a tus expectativas.
“Con mi edad ya debería haber logrado mucho más”. “ya tendría que tener una familia” “No tengo ni casa propia”..
Tienes que dar gracias de que estás en el mundo en lugar de castigarte por no tener, por compararte con los demás. Así que lo único que haces es enfocarte en lo que no has conseguido y no poner el foco en lo que realmente quieres. Estoy seguro que has conseguido cosas que jamás hubieras imaginado.
En lugar de pensar en lo que no has logrado, piensa y enfócate en lo que sí has logrado.
3.-No culparnos por todo
“Ha sido por mi culpa” “si hubiera hecho …no habría pasado” “Si hubiera estado más a su lado, no se hubiera marchado”…
Lo primero que hacemos es culparnos por todo, tanto por nuestra vida y nuestro entorno. Cuando le pasa algo a alguien de nuestro entorno, siempre pensamos o podemos hacer algo más para evitarlo.
Pero sabemos que si es al contrario, que alguien de nuestro entorno nos dijese esto mismo, veríamos claramente que es imposible que toda la culpa sea suya y que ha habido circunstancias externas a él o ella. Pues esto mismo es lo que tenemos que hacer con nosotros mismos.
No culparse no quiere decir que no te hagas responsable de la parte culpa que tengas, pero tienes que ser consciente de otras circunstancias o personas también tienen su parte de culpa, esta forma de pensar es mucho más saludable.
4.-No generalizar
“Todo lo hago mal” “siempre me pasa lo mismo” “nunca hago nada bien…
Tendemos a generalizar y es normal, por supervivencia de tanta información tenemos que aglutinarla de alguna manera, y no iba a ser menos lo que nos decimos constantemente, por ejemplo llegas a casa después de todo el día trabajando, niños, familia, tráfico, jefes, amigas etc. te das cuenta que te has dejado las llaves de tu casa en el trabajo, conversación contigo… “Siempre se me tiene que olvidar algo”. “algún día tengo que espabilar” “no te das cuenta de nada”…
Estoy seguro que a lo largo del día hay muchas cosa que no has olvidado y que has hecho perfectamente, en lugar de castigarte puedes decir en voz alta “la próxima vez no se me olvidan”
5.-Pensar que piensan de ti los demás.
“Seguro que les caigo mal” “me ven fea” “Seguro que me odian”…
Si asumimos que otras personas piensan mal, nos llevará a pensar negativamente de nuestra persona
Una cosa es obvia la única realidad que existe es la nuestra, lo que piensen los demás nunca lo sabrás a no ser que le preguntes, pero siempre pensamos que las personas piensan más en nosotros de lo que realmente lo hacen, te aseguro que muchas de esas personas tienen otras muchas cosa que hacer.
Si tienes alguna duda de lo que piensen los demás pregunta si tapujos, las personas a las que se les preguntan tienen la manía de contestar.
Dedicate frases a ti
Lo siento…
Me perdono…
Gracias…
Yo puedo…
Estoy conmigo…
Me acepto…
Me quiero…
Soy feliz…
Hazte un mantra y repítelo a diario delante del espejo en voz alta.
“Gracias por poder ir al baño, me perdono mis malas decisiones, yo puedo mejorar un poco cada día, estoy conmigo en mi objetivos y el primero es ir al baño, gracias, me acepto calvo, pero con un algo difícil de explicar, me quiero una “jarta” y soy feliz por cada día hago para que así sea”
santiago esteban
Un poco de humor nunca viene mal
Construye tu mantra, es libre y solo para ti. Yo no te lo voy a pedir.
Te agradezco enormemente que hayas llegado hasta el final, si crees que le puede venir bien esto que acabes de leer compártelo y si me quieres dejar un comentario, será bienvenido.
*Nota del editor: La información de este artículo está destinada únicamente a su uso educativo y no sustituye al consejo, diagnóstico o tratamiento médico profesional.
Santiago Esteban